La grandeza de Jordi Savall en el Castillo de Vélez Blanco

Hay noches mágicas en las que se entrelazan belleza, armonía, emoción, sutileza, saber ancestral hecho música y piedra, espacios y sones de la memoria, reconocimiento y reverencia ante el buen hacer… La que se vivió ayer en el concierto de Jordi Savall en el castillo de Vélez Blanco fue una de ellas.

Jordi Savall derrrochó su buen hacer con la elegancia, la mesura y la paz que sabe imprimir a su músicas y conciertos. Músicas de siglos con hoy sentimos como propias, músicas de oriente y occidente que se abrazan en los sones de la viola o en el latir de la percusión. Se sentía el Mediterráneo – la fresca brisa también ayudó-, ese mar hecho trama por donde circularon y circulan vidas, esperanzas y culturas. Nuestra música común…. lejos de las fronteras.

  • Entrando en el castillo
  • Ensayo antes del concierto (2)
  • Ensayo antes del concierto (3)
  • Ensayo antes del concierto (4)
  • Ensayo antes del concierto (5)
  • Ensayo antes del concierto (6)
  • Ensayo antes del concierto
  • La espera en la cola mereció la pena
  • La espera en la cola mereció la pena 01
  • La espera en la cola mereció la pena 04
  • La espera en la cola mereció la pena 02
  • Ya en el concierto (2)
  • Ya en el concierto (3)
  • Ya en el concierto (4)
  • Ya en el concierto
  • Diego, Helena y Alba, la parte más joven de la organización, felicitan a Jordi Savall (2)
  • Diego, Helena y Alba, la parte más joven de la organización, felicitan a Jordi Savall
  • El saludo de dos Doctores Honoris causa Jordi Savall y Bernard Vincent
  • En breve descanso para reponer fuerzas
  • La cara más hermosa de la organización Alba y Helena. Eficaces, amables, discretas.. ¡un lujo¡ (2)
  • La cara más hermosa de la organización Alba y Helena. Eficaces, amables, discretas.. ¡un lujo¡